Esta semana mi hijo ha cumplido 10 años. Como siempre hacemos, antes de recibir regalos le damos un repaso a sus estanterías para retirar aquellos juguetes que ya no usa. Haciéndolo este año me he dado cuenta cómo ha ido evolucionando sus gustos. He hecho una simulación de este cambio:
Con dos años los juguetes en los estantes estaban puestos de forma “bonita” y con espacio entre ellos. Predominaban los peluches, los juegos de apilar y de encajar, los cuentos para antes de ir a dormir y, sobre todo, cosas que rodaran: coches, trenes,… De pequeño era una de sus cosas preferidas, hacer girar las cosas.
A los tres y cuatro años ya pedía lo que le gustaba y era fan de personajes de dibujos como Mickey, Pocoyó o Cars. Ya empezaba con construcciones tipo Lego Duplo o Megablocks, puzzles sencillos, la temática pirata (barcos, espadas, parches, tesoros…), pelotas de todos los tamaños, juegos de agua (pistolas, globos…), la temática dinosaurios, y coches, muchos coches con sus pistas, sus camiones, etc., y hasta una cocinita con todos sus utensilios.
A los seis años los coches seguían, pero perdiendo espacio. Los dinosaurios también seguían y ganaban sitio con más figuras, esqueletos y libros temáticos. Lego ya pasó a ganar espacio con grandes cajas de miles de piezas, al igual que los Playmobil con temáticas de castillos, caballeros y dragones. El patinete se ha hecho algo indispensable pues le gusta más que las bicis y ha ido creciendo con él. Las minifiguras llegaron para quedarse y llenar las estanterías con cajas de colecciones de Gormitis, Bakugan o Gogo´s. Los libros también cambiaron de aquellos que le leíamos los papás antes de dormir a aquellos que él solito podía leer.
Con los ocho años fueron ganando espacio los videojuegos y todo el merchandising que le rodea. Lego seguía ahí, ganando terreno los personajes con colecciones de superhéroes o Ninja Go, entre otros. También llegaron para quedarse los juegos de mesa con clásicos como el Monopoly o Conecta Cuatro, o las divertidas partidas al Uno. Las colecciones de minifiguras siguieron acumulando cajas con nuevas sacar como los Zomlings y otras que no logro recordar. Y la colección de libros continuaba creciendo con títulos como El Capitán Calzoncillos, Geronimo Stilton o Bat Pat.
Y hemos llegado a los diez años (aunque parezca que haya pasado mucho menos tiempo) y sus gustos ya están definidos: Juegos de mesa más de “mayor” como Aventureros al tren o Munchkin, patinete, Lego y, sobre todo, videojuegos y libros. Ahora ya la biblioteca incluye títulos como Diario de Greg, Tom Gates, Cazatesoros o Harry Potter. También hay sitio para el cómic de Zipi y Zape o el de Dragon Ball. En cuanto a los videojuegos: mucho Mario Bros, Minecraft o Skylanders.
Me imagino que a partir de ahora, cada vez irán ganando más espacio los libros y los videojuegos y perdiendo sitio los juguetes… Es lo que toca.
*Podéis leer aquí el post de Cuestión de Madres sobre la evolución de juegos y juguetes de su hija de 4 años.
*Todos los montajes de este post están hechos con imágenes de Freepik.
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Más o menos sigue mi hijo el mismo proceso que el tuyo así que me iré preparando para los 10 años (él mío aún está en los 6) y me parece una gran idea lo de ver la evolución y creo que lo haré con la de mi hija (por eso de ver las diferencias de sexo) aunque terminaré pronto porque aún es pequeña, pero ya he notado grandes cambios 😉
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¡Me encantaría que hicieses el de la niña!
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Esta tarde empiezo a ello a ver si lo publico el lunes
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